El comportamiento canino es sin duda nuestro tema estrella en muchas conversaciones entre personas que compartimos o hemos compartido un trocito de nuestras vidas con al menos un perro. Describimos su carácter, hablamos de sus alegrías y momentos malos con absoluta seguridad porque convivimos con ellos y nos adaptamos de manera recíproca en pro de la convivencia, es por ello, estamos convencidos de conocer bien a nuestros perros.
Pero por lo visto conocer a nuestros amigos peludos no es suficiente para que nos entiendan y sepan cuando necesitamos que cambien algún comportamiento.
Ejemplos: hurgar en las papeleras, comer o revolcarse en excrementos ajenos, ladrar como si no hubiera un mañana, tirar de la correa y morderla, destruir objetos cuando se quedan solos en casa, acudir al timbre de casa dándolo todo, etc.
Lo cierto es que la voluntad para entendernos sobra por ambas partes.
El hecho es, que ser de distinta especie dificulta la comunicación.
Por suerte los humanos necesitamos "entender" y son muchas las personas que han dedicado gran parte de su tiempo al análisis de las conductas, a la observación y al estudio de una especie a la que consideramos "el mejor amigo del hombre".