Para ayudar a nuestro perro en la tremenda tarea de adaptación a nuestras normas sociales, primero debemos entender que al ser de otra especie no las conoce y las tiene que aprender.
Somos nosotros los encargados de indicarle cómo comportarse para que podamos disfrutar juntos del mismo entorno.
El conocimiento y la comprensión de sus necesidades, expresiones, desagrados y prioridades, nos permite entender los motivos y emociones que activan determinados comportamientos.
La clave para modificar una conducta está en entender por qué se produce dicha conducta.